Desde nuestro rincón especial de nuestro refugio en las cercanías del Parque Nacional 7 Tazas, queremos compartir una historia que nos hace sonreír cada vez que la recordamos.
Se trata de una familia encantadora, los Cortés, quienes pasaron unos días increíbles en nuestras cabañas y, sin duda, nos dejaron recuerdos maravillosos.
La familia Cortés decidió escapar de la rutina diaria sin tener que viajar demasiado lejos desde su hogar en Santiago.
A solo unas horas en carretera, llegaron a nuestras cabañas, situadas en un entorno que parece sacado de un cuento de hadas.
La primera impresión fue simplemente mágica. Nuestras cabañas, se integraban perfectamente con el paisaje natural. El aroma a pino y la serenidad del entorno hicieron que los Cortés se sintieran inmediatamente en casa.
La vista desde la terraza era un espectáculo en sí misma, con un río increíble a sólo unos pasos (Río Claro) y mucha vegetación creando un paisaje digno de una postal.
Cada mañana, la familia disfrutó de un delicioso desayuno tipo buffet servido en nuestra acogedora zona de comidas del refugio. El aroma del café recién hecho y la variedad de panes, frutas y productos locales ofrecían el impulso perfecto para comenzar sus aventuras del día.
La primera excursión los llevó a una caminata por el atractivo principal los senderos del Parque Nacional Siete Tazas.
Cubiertos de bosques frondosos a traves de pasarelas muy buen cuidadas por CONAF.
Durante la caminata, Mateo y Valeria, hijos del matrimonio, quedaron asombrados con los saltos de agua uno tras otro, !Nunca habían visto nada parecido!
En el segundo día, la familia se aventuró a explorar el Parque Inglés, conocido por sus senderos de trekkign y su belleza natural. Disfrutaron de un recorrido por estos senderos, admirando la rica flora y fauna del parque, absorbiendo la tranquilidad del entorno y almorzaron en un restaurant que habia en el lugar.
Al regresar a la cabaña después de sus paseos, la familia tenía un ritual que esperaban con ansias: relajarse en nuestras tinajas calientes bajo el cielo estrellado.
Las sesiones de tinaja caliente, con el cielo nocturno como telón de fondo, ofrecían una experiencia de relajación incomparable. Las estrellas brillaban intensamente mientras disfrutaban del agua cálida, el fresco aire nocturno y el relajante sonido del rio.
Cada noche, la familia se acurrucaba junto a la chimenea en su cabaña con una taza de chocolate caliente, compartiendo historias sobre las maravillas del día y planeando sus actividades para el siguiente.
El último día, antes de regresar a Santiago, decidieron simplemente disfrutar de la cabaña y sus alrededores. Carlos preparó una parrillada en el área de asados, mientras Laura y los niños exploraban el jardín, paseaban por el río e intentaban pescar alguna trucha . . Fue un momento de tranquilidad y gratitud por la experiencia vivida.
Cuando llegó el momento de partir, la familia Cortés estaba llena de recuerdos felices y una renovada conexión con la naturaleza.
Su visita fue más que una simple escapada; fue una oportunidad para fortalecer lazos familiares y recargar energías en un entorno que siempre llevará un pedacito de su corazón. Prometieron regresar en el futuro, sabiendo que siempre encontrarán en nuestras cabañas un refugio mágico para sus próximas aventuras en la naturaleza.
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